La noticia dio vueltas por el país. Y en Salta un grupo de siete emprendedores no tardó en denunciar que la idea les pertenece y que estuvieron 12 años para crear las máquinas que producen esos ladrillos. “Fue una sorpresa muy grande cuando vi en un diario nacional que dos personas se apropiaron de una idea nuestra. No nos nombraron y ni siquiera dijeron que se fabrican en Salta. No lo podía creer. Ellos no tienen las máquinas ni los moldes para hacer el diseño”, denunció Gustavo Sorich, uno de los autores de la idea que fue patentada hace un par de años. El producto fue denominado sistema constructivo de paredes por ensamble.

En 1999 Sorich tuvo la idea y con su equipo trabajó en el desarrollo de las máquinas que se necesitan para fabricar los ladrillos. “Fue todo a pulmón. Hoy somos siete las personas, entre las que hay un ingeniero químico de la UNSa e investigador del Conicet”, agregó, fastidiado por la situación.

El potencial salteño es palpable para todo aquel que acuda al taller y conozca la ingeniería que mueve la máquina que hace los ladrillos de cenizas.

Sorich comentó a este diario que se comunicó por teléfono con uno de los arquitectos que apareció en los diarios como creador. “Me pidió perdón y me dio mil excusas. Después de tanto insistir para hablar con la otra profesional, me llegó un mail de ella pidiendonos perdón y diciendo que el tema se les escapó de las manos”, indicó.

Al emprendedor también le molestó que “en ningún momento” los rionegrinos reconocieran que el invento tiene sello salteño y que mereció el premio Innovar en 2008. Hace un par de años fue expuesto en la feria Baricotec en Río Negro, donde Gustavo presentó el producto elaborado con cenizas del volcán de Socompa.

“En Bariloche expusimos bloques de ceniza volcánica de Socompa. Cuando sucedió lo del volcán Puyehue, nos preguntaron si podíamos hacer bloques de muestra con cenizas que ellos iban a enviar”. El proceso fue aprobado por el Instituto Nacional de Tecnología Industrial en Salta.

FUENTE: El Tribuno