El primer episodio que produjo total desconcierto y terrible dolor fue signado por la muerte de uno de los más grandes conductores que tuvo el peronismo rionegrino, el compañero Carlos Soria, de quien no fui un ferviente seguidor, pero no por eso dejo de reconocer su gran capacidad de liderazgo, conducción y fundamentalmente de gestión.
Esa ilusión enorme de que la transformación de la provincia tan castigada durante tantos años, se produciría de la mano de Soria diluyó el primero de enero de este año.
Así y todo, confiado en la capacidad de recuperación de los compañeros funcionarios, legisladores, intendentes y militantes en general, esperé un tiempo que considero prudencial, observando las acciones que de ellos derivan.
Hoy, me doy cuenta que lo que vengo viendo, no es lo que imaginamos miles de rionegrinos, especialmente los peronistas. Pero no se trata de la desilusión porque sí, se trata de lo que debe ser y hacerse.
Tanto tiempo castigando a los antecesores en la gestión de gobierno, por la corrupción, el nepotismo, la desidia, etc., etc. Y hoy vemos, con grandísima decepción, que no hay demasiadas diferencias. Familias enteras de funcionarios ingresadas al Estado, atropello al empleado público como si fuera el máximo responsable de la situación en que se encuentra la provincia, utilización de los recursos del Estado para beneficios personales, con una ostentación escandalosa.
Ahora bien, lo más decepcionante, lo que cala mas hondo en mi espíritu peronista, es la ausencia. Esta ausencia muy significativa de los distintos “compañeros” funcionarios, legisladores, vicegobernador. Ausencia que se palpa en la falta de convocatoria, de explicaciones, de rendición de cuentas de los actos. Después de lo que se hace público a diario en los medios de prensa, quizá exagerados algunos, más o menos mentirosos otros; lo cierto es que lo que se publica del accionar de los compañeros, no es lo que esperamos que suceda.
Lo más triste de todo esto, es que en un tiempo no muy lejano, cuando nuevamente se acerquen tiempos electorales, seguramente aparecerán esperando un nuevo acompañamiento. Ese día compañeros, no sé cuántos de nosotros vamos a estar dispuestos, a poner nuestro tiempo y nuestra militancia a su servicio. No temo equivocarme si les digo que serán muy pocos.
En relación al gobernador Weretilneck, quien se encontró por avatares de la vida, con semejante responsabilidad, le deseo el mayor de los éxitos en la gestión, porque sin duda será el éxito de todos los rionegrinos.
Hector Eduardo Corvalán
Congresal titular Partido Justicialista
General Roca
FUENTE: Noti-río
14 enero 2017
Cartas de Lectores