Entonces había llegado el momento de aceptar la realidad y buscar la manera de conseguir el sustento diario, y, si bien soy una mujer mayor, recurrí a lo que siempre hice: vender productos varios, utilizando mi moto; la cual compré hace 14 (catorce) años, de buena fe, en el comercio Palihue Motor S.A., sito en calle 7 de Marzo y Rivadavia de Viedma (con Sede central en la Ciudad de Bahía Blanca). Este comercio nunca me entregó el título de propiedad, ni otro papel que acredite la titularidad. Realicé la correspondiente denuncia en tiempo y forma en las oficinas de Comercio del Interior de la Provincia de Río Negro, sin obtener respuesta por parte de ese establecimiento, ya que, aparentemente, de las estafas nadie suele hacerse responsable. Sin embargo, continué circulando con la moto que compré –con mi dinero-, ya que es mi único medio de transporte.
La semana pasada, la Municipalidad de Viedma secuestró mi moto, y con ello, no solo volvió a dejarme sin trabajo, si no que me coartó todas las posibilidades de recuperarme al robar mi herramienta de trabajo –porque eso fue un robo-. Seguramente, con cada moto que nos roban, solo buscan recaudar; aunque, socialmente, la Municipalidad de Viedma sea un Estado ausente.
Mi moto no posee demasiado valor económico, ya que tiene muchos años. Pero la pagué con mi trabajo, y me la robó el Municipio. Cuando estaban por llevarla me quedé dos horas aproximadamente sobre ella para no facilitarles la tarea. El Inspector Municipal no me dejó el acta, se fue dejando personal policial a cargo de la situación.
Lo último que me queda por decir, es que en esa moto, en el año 2003 busqué durante 8 (ocho) meses a mi hijo desaparecido; y actualmente visito en ella diariamente a mi padre internado hace aproximadamente 6 (seis) meses.
OLIVA, Angelina
DNI: 11.404.437
14 enero 2017
Cartas de Lectores