Desde mi visión nos han quedado, aunque quizás nunca hayan existido, dos nombres para elegir que no representan para muchos de nosotros, y ni siquiera para sus eventuales votantes un cuadro político potable y/o esperanzador.
Aunque el auto convencimiento y la venta hacia el afuera de una convicción que no es tal, intente demostrar lo contrario, el escenario es claramente de ceguera y desorientación, quizás desde el comienzo lo fue, pero en esta instancia el desmadre es aún mayor.
Sin ignorar que muchos electores emitirán su voto con una firme convicción, es innegable el descontento de una gran maza de la población que en algunos casos con vergüenza y en otros con incomodidad, inclinarán su decisión basándose simplemente en lo que consideren menos malo o dejándose llevar por percepciones externas a lo estrictamente político.
Tendremos que elegir y hacernos cargo, pero esto es a esta altura meramente un formalismo, al que por supuesto, hay que atender en su justa medida.
Sea quien sea quien dirija la batuta del país y aclarando la ignorancia que cargo en cuanto a tecnicismos económicos, se sabe que hay situaciones que serán inevitables producto de años de manejos poco transparentes, de derroches monetarios innecesarios que vinieron adjuntados a un accionar demagógico permanente y demás cuestiones mucho más profundas vinculadas al uso de los fondos públicos.
Así como la turbiedad de estos 12 años terminan dejando baches por todos lados, hay que decir, nobleza obliga, que muchas de las políticas que se han llevado adelante durante esta década (no ganada, pero si mejor a la de los 90`) y tendrían que seguir siendo de suma importancia , fueron pilares fundamentales para una sociedad más inclusiva y eso hay que destacarlo.
Las mismas deberían complementarse con generación de empleo a través de mecanismos que no terminen transformandola en un proceso de marginalidad y exclusión social que retrotrae y replega nuevamente a estas personas a las cuales no se les ofrece perspectivas reales de progreso, sino que la oferta que tendría que ser la aplicable a momentos de crisis se vuelve permanente y estanca de esa manera, socialmente al beneficiario ; tampoco se tendría que permitir al gobierno de turno someter o utilizar como método extorsivo la asistencia.
Pienso que no son dos modelos de paises representados en Scioli Y Macri los que estaremos votando, sino nada más, acertar con cual de ellos se podrá aterrizar mejor y no destrozar las partes de este "avión" que bajo, pero al menos vuela.
En esa disyuntiva y a disgusto, pienso que aún con una estructura golpeada, con falta de credibilidad y bastardeada por donde se la mire es posible sobrellevar o estirar situaciones que sin ella, serán difíciles de sacar adelante, es sólo mi opinión.
Veo con buenos ojos además, un pequeño movimiento inevitable en el poder político, que a fuerza de la asunción de Vidal en la provincia de Buenos Aires, forzará si es que el gobierno nacional es opositor al primero, una relación más flexible y madura en pos de la gobernabilidad de ambos, dando así un poco de equilibrio y desconcentración del poder.
Estimo con el mayor de los optimismos que el buen trato entre Nación y BsAs, será el mejor camino ante dos gobiernos con banderas partidarias opuestas.
Así como también dentro de las pocas apuestas que un elector puede hacer, confió en que el candidato oficial además de "pilotear" políticamente el país por lo explicado anteriormente, tendrá el buen tino de apaciguar el enfrentamiento social y la confrontación ciudadana que nos ha llevado a niveles de violencia entre nosotros jamás pensados.
En limpio, la búsqueda será la del mal menor, con seguridad ,y humildemente, expreso lo que creo que es el pensar de muchos.; muchos de los que no votaremos con convicción, pero tampoco con el egoísmo del voto en blanco que solo servirá para la tranquilidad de la conciencia y mirándose al ombligo.
Hay que votar, hay que hacerse responsables de que hasta acá, llegamos todos. Debemos hacer el mea culpa como sociedad después, pero ahora elegir, por uno o por otro. Lavarse las manos será para quien así se manifieste una falta de compromiso y de respeto, será nuevamente no involucrarse y ver que pasa, la cómoda postura de quienes solo critican sin ánimos de mejorar y construir mirando hacia adelante.
Claramente no estamos eligiendo ningún proyecto que nos reconforte, simplemente eligiendo: LO QUE HAY.
Votemos lo que queramos, votemos libres, pero votemos.
Nicolas Ariel Abelleira Tapia
32049598
14 enero 2017
Cartas de Lectores