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Culminó el año electoral con claros ganadores e impensados perdedores. La libido está puesta en 2018, algunos otean directamente el 2019. En lo cotidiano distintas inquietudes movilizan a las fuerzas en pugna. La sociedad contemplará el andar de un potencial nuevo líder. Juntos deberá luchar para evitar un apresurado desgranamiento. Cambiemos consolidó un equipo que se ilusiona con gobernar la provincia.

El gran protagonista que dejó la contienda no integró ninguna lista. A Martín Soria el 49,37 % obtenido lo catapultó al 2019. En la previa a las elecciones circulaba la certeza que el presidente del PJ sería candidato a gobernador en el próximo turno. Con contundencia revalidó esa convicción. Sus movimientos en la semana post electoral añadieron otra certidumbre: juega plenamente a ganador.

Cuando muchos esperaban que desplegara su faceta más soberbia, tendió una mano a los peronistas de JSRN. Bajó niveles de tensión con el pichettismo, convocó a construir consensos y envió un mensaje al electorado independiente con la actuación de María Emilia en el Congreso, habilitando el desafuero del ex ministro Julio De Vido.

Antes había logrado aglutinar a todo el panperonismo detrás de la nómina azul. Unos apostaron plenamente, otros  disimularon enojo, no hubo fugas hacia otras opciones. Salvo Mario Sabbatella, las distintas variantes kirchneristas se sintieron contenidas. Resuelto el armado, transitó en silencio el proceso electoral. La joven diputada sacó chapa de aguerrida candidata. Ella irá por la jefatura comunal del bastión que nuevamente ofrendó 33 mil votos que sirven de base para una buena performance provincial.  Las miradas están puestas en Soria, doble responsabilidad para lo que viene.

Martín Soria y Miguel Pichetto caminan distantes, el primero alambró Rio Negro, el despacho del segundo se convirtió en centro de poder del Justicialismo a nivel nacional. Desde allí recompondrá con los críticos encabezando la defensa de Cristina Kirchner ante el embate judicial del macrismo. El senador cobijará a la ex presidenta cuando llegue el pedido de desafuero.

En lo territorial, el parlamentario tomó debida nota que el Frente cosechó el 40% de los sufragios en Viedma sin la participación de su sector. Los jefes comunales que se identifican con él aportaron elevados porcentajes para la victoria. En Bariloche, el tándem Ramón Chiocconi- Maru Martini quedó bien posicionado por los guarismos conseguidos.

Bajo la mira terminó Daniel Belloso. En Choele Choel el FPV se impuso por exiguos 400 sufragios. El intendente es el vicepresidente del PJ. Sebastián Altamiranda completó la lista representando a su equipo. Se Esperaba más de la localidad cabecera del valle medio. La senadora Silvina García Larraburu no colaboró en la elección, el Frente no la extrañó en Bariloche. Con la caída de Juntos intentará reinsertarse en el peronismo. Martín Doñate revirtió el rojo de las PASO en Luis Beltrán. En los festejos lanzó Unidad Ciudadana, con ese apuro la luz pasó de verde a amarillo.

En Cambiemos resultaron victoriosos Lorena Matzen y Sergio Wisky. La allense llegó a pensar que la postulaban para no entorpecer la senda triunfal del Gobernador. Cuando la nominaron comenzó su derrotero provincial fustigando la administración Weretilneck, convencida que no disputaba electores con el FPV sino con JSRN. Como pocos, se animó a desoír el consejo de Duran Barba que pregonaba la polarización de la grieta. El resultado avaló su decisión con tamaño premio, coronó la diputación.

El parlamentario apadrinado por Marcos Peña tomó la responsabilidad de la campaña en el tercer territorio más hostil para Macri. Sacó la sortija para dar una nueva vuelta por Rio Negro. Si no aparece una figura de renombre, será candidato al sillón principal de Laprida Belgrano en 2019. Nación avista posibilidades en esta tierra. En baja quedó Juan Martin, se autoexcluyó de la compulsa por la escasa expectativa, luego casi no tuvo participación en la campaña. Se reposicionó el radicalismo con Darío Berardi como cara visible, y el inefable Daniel Sartor, operando siempre en las sombras.

Magdalena Odarda ratificó la vigencia de su franquicia. Con 11 puntos se ubicó en tercer lugar, ya camina rumbo al 2019 con la meta de conformar una estructura electoral. Sus militantes juntan avales para la conformación de un espacio provincial. Es consciente de la inminente intervención al ARI-Coalición Cívica. Carrió cumplió con el compromiso de no entorpecer el finalizado proceso, por la lealtad que le dispenso la senadora en los años aciagos de “Lilita”. Ahora recuperará el sello para adosarlo a Cambiemos.

La parlamentaria ambientalista sabe que “jugando sola” incorpora uno o dos legisladores. Evitará quedar atrapada en las redes de los grandes partidos. Por las dudas, prioriza una sobria buena relación con Pesatti. Su experiencia en el Congreso Nacional se agota en dos años. Con su histórico caudal gravita en cualquier escenario.

En JSRN lo único que une a su dirigencia es la desazón por la derrota, exacerbada con el alza de los adversarios tras la deserción. La novel fuerza está al borde del desgranamiento. Las máximas autoridades provinciales siguen sin dialogar. Weretilneck degrada a los peronistas como gesto a la Casa Rosada. Pesatti confiesa a los íntimos el dolor que le provoca el destrato. Lo atraviesa el afecto personal que lo une al mandatario. Medita hasta cuando es conveniente soportar el desplante. Paralelamente, el intendente de General Roca con heredada picardía se desvive en elogios hacia el Vice.

En el Ejecutivo están todos a tiro de decreto. Opinar puede complejizar la supervivencia. El eyectado Matías Rulli lo certifica con dureza. El viedmense tenía la misión de organizar Juntos. El Gobernador declara que fortalecerá su partido, en los hechos lo puso en el mismo freezer que al ex Secretario General.

La Legislatura es la caja de resonancia de la disputa interna. Surgen detractores en el bloque oficialista. Hay un “núcleo duro”, compuesto por Ricardo Arroyo, Sandra Recalt y Rodolfo Cufré, que se opone férreamente a un alianza con Cambiemos. En uno franja intermedia se puede ubicar a Tania Lastra, Oscar Diaz y Roxana Fernández. Ellos también resisten pero no cuestionan tanto como el primer grupo. Miguel Vidal y Marcelino Jerez seguirán los movimientos de Pesatti.  

Alejandro Palmieri, Facundo López y Elbi Cides  acompañan “al jefe” en la transformación. Bajo la premisa de estar al cobijo del poder, pero hay escarceos entre ellos. A Marta Milesi, Adrián Casadei y José Liguen no los complica el trasvasamiento.  Se avizora turbulencia entre los parlamentarios de Juntos que votarán la designación de un nuevo Procurador. El 3 de noviembre cierran las inscripciones.

Un desdibujado Weretilneck declaró que no puede ir por la re reelección con la Constitución actual, aseguró que no planea reformarla. Agregó que brotarán postulantes, ya no enciende la mecha con sus dichos. No soporta correrse del centro de la escena. Pasó inadvertida la filtración de su reciente encuentro con Pichetto. Lo desvela la demora de Nación para aprobar el Plan Castello. El Senador lo observa con desdén, contribuirá con gestiones para que se abonen los salarios estatales. Como lo hizo en los años que gobernó Miguel Saiz. 


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