Plan Gástelo

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En la semana que culmina el dólar alcanzó un pico de 23,50 por unidad para cerrar el viernes con un valor de 22,20 pesos. Esta escalada tendrá un demoledor impacto en la economía rionegrina. A fines de noviembre pasado el Gobierno colocó 300 millones de dólares en bonos por el Plan Castello a una cotización de 17,60 representaban 5.280 millones de pesos.

A cinco meses de aquella operación, sin pegar ladrillos ni generar puestos de trabajo, Rio Negro debe 6.660 millones de pesos. Solo por la variación de la moneda estadounidense, la deuda se incrementó en 1.380 millones, en periodo de gracia y sin correr aún los intereses del 7,75 % anual. La devolución recaerá sobra la próxima gestión.

Cuando se concretó el Plan Castello, Weretilneck manifestó “felicitaciones a este gran equipo que hizo posible la colocación con éxito del bono provincial en el Mercado Financiero Internacional. Lo logramos juntos”. La escena parecía sacada de la película neoyorquina “El Lobo de Wall Street” protagonizada por Leonardo Di Caprio. Nuestro vernáculo actor se mostraba exultante, a esa altura ya sabía que no pagaría tamaño compromiso.

El Estado provincial cerró el 2017 con una deuda de 17.000 millones. El presupuesto de este año preveía llegar a los 20.400 millones al final del 2018. Economía proyectó la suba del pasivo en 3.400 millones, es decir un 20% de incremento. La cifra se sustentaba básicamente en el déficit e intereses por abonar. No hubo pronóstico de dólar alto. Ahora los analistas económicos indican que superará los 25 pesos por unidad.

En abril Rio Negro colocó un bono corto por 2.300 millones de pesos, que sumados a los 1.380 millones generados por el aumento del dólar, muestran que en el primer semestre ya se atravesó aquella barrera del 20% planteada presupuestariamente. Transitamos una época donde la realidad va más allá de las previsiones financieras. Este periodo puede terminar con una deuda cercana a los 25.000 millones de pesos. Al Gobierno, en vez de candidatos le florecen acreedores.

Para el próximo lunes los intendentes de JSRN organizaron una reunión en Chichinales pero el Gobernador dinamitó el encuentro anunciando su arribo a la localidad para “firmar las obras del Plan Castello”. Apenas se rubricará el acuerdo con el municipio por el aporte no reembolsable. La actividad ingresó en agenda al enterarse que los suyos se agruparían allí.

Con este movimiento el mandatario condicionó la participación de varios. Otros analizaron que “suspender el encuentro” generaría nuevas suspicacias, fundamentalmente de distanciamiento. Ya no hay tiempo ni espacio para un armado colectivo de los intendentes. Las relaciones con el líder siempre son radiales y asimétricas. Los jefes comunales no comprenden que no habrá satélites alumbrando en el sistema de Weretilneck.

El mandamás provincial se ocupó hasta acá de que ninguno de los precandidatos en danza recoja explícitos apoyos. Al Vicegobernador le robó su minuto de fama en la asamblea de Allen cuando habilitó a Mónica Silva para disputar la fórmula. Con aquel lanzamiento la ministra cumplió, luego no cosechó más adhesiones fuera de su cartera.

Silva pondera ante sus íntimos que gracias a su rol “ingresa en cada hogar de la provincia”. El ministerio de Educación ostenta 22 mil docentes y 240 mil alumnos. También acarrea insuficiencias edilicias que sistemáticamente salen a la luz. Mientras tanto Pesatti, confiado porque el tiempo le dio la razón en su posicionamiento distante de Cambiemos, escucha a todos pero no responde a nadie.

Los devotos de la alianza con el Macrismo ven como se esfuma el acuerdo con un presidente que no supera el 25% de imagen positiva en ningún punto de la provincia. Ellos imaginaban una fusión de oficialismos con Alejandro Palmieri como cabeza de lista. Con Macri en baja y el roquense enclaustrado en sus temores, Juntos no tendrá un candidato por aclamación sino por necesidad.

El sábado se congregó el radicalismo en Lamarque para “abordar en conjunto temas para los tiempos que vendrán”. De esa forma las autoridades provinciales y los principales cargos institucionales se dieron cita en el valle medio. La UCR contabilizó a representantes de 26 de los 34 comités. Reafirmaron las precandidaturas de José Luis Foulkes y Lorena Matzen para dar batalla por la gobernación. Con estos nombres el centenario partido pretende discutir espacios que añora.

Varios comités propusieron la habilitación de alianzas locales “consideradas necesarias”. En este punto hicieron hincapié que los acuerdos deben explorarse en cada pueblo y no supeditarse a JSRN. También solicitaron a Matzen y Foulkes recorrer la provincia. Los correligionarios reclamaron la conducción política de Cambiemos por su implicancia territorial. Un pedido de manual sin eco alguno en el etnocéntrico macrismo.

El miércoles los gremios estatales cobrarán protagonismo cuando la Legislatura apruebe la ley que incorpora a ATE a espacios institucionales solo peregrinados por UPCN. El Consejo de la Función Pública, el IPAP y la coparticipación de fondos provinciales, provocarán la movilización a favor y en contra de la iniciativa.

Rodolfo Aguiar coronará su ascenso al secretariado nacional, con logros impensados cuando pernoctaba tras las rejas por chocar con la policía en la misma Legislatura que ahora lo catapultará. “Gracias al capricho de un Gobernador en retirada” como lo describió el propio Juan Carlos Scalesi. El experimentado dirigente tiene 4 años más al frente de UPCN, se da el lujo de anunciar la partida del cipoleño. Acostumbrado a otear el horizonte, cultiva su añeja relación con Rubén Belich de aceitado vínculo con Martín Soria. 

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