En el
justicialismo la comodidad es un status difícil de alcanzar. Lo difundido como histórico
ofuscó a quien pregona una lejanía poco creíble. La visita menos esperada negó a
un viejo conocido. Los dos que pugnan por la venia del Gobernador confluyeron
en un recordatorio. Por sus diferentes estilos no dialogarán de lo puesto en
juego. En Cambiemos los actores juegan sus fichas por el extenso tablero.
Hace diez días el
FPV congregó a sus 15 jefes comunales en torno a la figura de Martín Soria. Fue
en respuesta a una actividad organizada por Cambiemos en otro punto de la
provincia. Difundieron como un hecho inédito la procesión de fe un año antes de
la contienda. Allí se activó un añejo resentimiento de uno que quiso pero no
pudo ser. Los instantes de felicidad son efímeros para los devotos del General.
Ni bien pudo, Miguel
Pichetto anticipó a una radio del Alto valle, su llegada con el Peronismo
Federal en la primavera. Expresó algunas reflexiones políticas, planteó la
unidad asestando una bofetada al Kirchnerismo: “un modelo sesgado hacia la
izquierda puede servir en una coyuntura, pero la provincia tiene una visión más
de centro”. El decano del Senado desplegó su arte de argumentar en un sentido
para lograr otro distinto.
Pregonando unidad
denostó a adversarios internos. Reconoció la conducción del proceso a Martín
Soria, marcando hasta donde debería volcarse ideológicamente. Desconfía de la
familia roquense. Permanece anclado a un pasado doloroso. Tiene muy arraigado
que en sendas incursiones a la gobernación no fue acompañado con el ímpetu dispensado
a Carlos Soria en 2011. Confesó que “muchas veces se sintió traicionado”.
Mismo sentimiento
le generan varios intendentes. Se siente hacedor de sus victorias a través de múltiples
gestiones en su época estrella del kirchnerismo en el Senado. No digiere que
los jefes comunales hayan ganado con holgura en 2015 mientras él sufría la peor
derrota. La traición es una de las acciones más destructivas en las relaciones
humanas, asimilar que no la hubo lo obligaría a indagar en factores intrínsecos.
Pichetto terminó
de opacar las buenas noticias de Soria habilitando la incursión en Bariloche de
Juan Manuel Urtubey junto a Weretilneck. El gobernador salteño se metió en la
interna rionegrina cuando manifestó que no conocía Martín Soria. Las mentiras
tienen patas cortas, el 1 de junio de 2016 convivieron en el encuentro de la
conducción nacional del PJ. Aunque niegue su intervención, el siempre ofendido senador
lleva como equipaje un almacén de rencores.
Tortoriello concretó
lo anticipado. Fue recibido por el presidente Macri, allí presentó credenciales
como precandidato de Cambiemos. Con esto sacó un campo de ventaja a Sergio
Wisky. El diputado nacional ostentaba como principal atributo la llave de la
Casa Rosada. El cipoleño saltó el cerco e ingresó de la mano de un viejo rival
de El Bolsón. El transportista comprendió rápido el juego de la política.
Selló alianza con
el empresario bolsonense, Juan
Carlos Martínez. Éste fue candidato intendente del PRO, se ubicó en cuarto
lugar con el 6% de los sufragios. Tiene vínculos con la gente del magnate inglés
Joe Lewis. Disfruta de la exclusiva cancha de paddle ubicada en la mansión de
Lago Escondido junto a comerciantes y profesionales locales conectados con la
empresa Hidden Lake que capitanea Nicolás Van Ditmar.
Con estas
relaciones, Martínez representa más que los 800 votos obtenidos en 2015, por
eso abrió la tranquera a Tortoriello. El dueño del supermercado “El Chaqueño” está
enemistado con Sergio Wisky porque el diputado se inclinó por Patricia Ranea
para disputar la jefatura comunal el año próximo. La ex legisladora provincial
es esposa de César Barbeito, de quién el médico fue jefe de campaña en 2011.
A mediados de
semana los precandidatos de JSRN coincidieron en Maquinchao en el primer
aniversario del fallecimiento de Marcos Pérez. Fabián Zgaib es oriundo de aquella
localidad, aunque vive en General Roca desde hace muchos años. Pesatti tiene
una particular devoción por la Región Sur. Detentan distintas personalidades, sus
contactos en casi 7 años de gobierno han sido mínimos sin registrar choques ni
roces entre ellos.
El vicegobernador
adoptó la política como forma de vida. La
practica en cada acto cotidiano, es ávido lector de los grandes estadistas
mundiales. Es casi imposible develar sus pensamientos. El ministro llegó a la gestión
casi fortuitamente. A través de su actividad en la Asociación Libanesa frecuentó
al entonces intendente Carlos Soria. El “Gringo” lo ubicó en el IPROSS en el
2011 por su experiencia en una obra social privada. A los 20 días quedó huérfano
en Viedma.
Consolidó una estrecha conexión con el
mandatario provincial luego de convertir al IPROSS en una de las áreas con
mejor funcionamiento en los primeros años. Su impronta lo elevó a
ministro de Salud, lugar desde el cual piensan proyectar su postulación. Evitó
inmiscuirse en las cuestiones partidarias. En las encuestas se lo presenta como
“el candidato del Gobernador Weretilneck”, buscando trasladar adhesiones. El
grueso del pueblo rionegrino aún no lo vislumbra.
Si finalmente es ungido
hará campaña de la mano de Weretilneck. Por ahora Pesatti es el dirigente de
JSRN mejor ubicado en las encuestas. El líder lo niega avanzando con su
ministro. En Maquinchao se saludaron cordialmente, esquivando conversar de sus
intenciones. Saben que sus contrastadas imágenes compulsaran.
23 febrero 2024
Palabra de Domingo