Weretilneck lo hizo de nuevo

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La elección provincial terminó de coronar a JSRN como fuerza política. Weretilneck se convirtió en oráculo, concretó una vez más lo aventurado al comienzo. Una desconocida figura se hará cargo de la gestión a fin de año. Al FPV le corresponde parar la hemorragia, tiene por delante un sinfín de compulsas locales y nacionales. Con el diario del día después las miradas críticas se posaron sobre Martín Soria. Cambiemos quedó en el peor de los mundos.

El gobernador lo hizo de nuevo. Su novel partido volvió a superar el 50% de los sufragios en una elección provincial. Ahora con una casi desconocida candidata. Por primera vez en una disputa rionegrina una fuerza supera los 200 mil votos. Recogió adhesiones de todas las vertientes ideológicas. Su pragmatismo lo acerca a la comunidad.

Arabela Carreras asumirá el mando recién en diciembre. Luego de dar las respectivas entrevistas post triunfo se corrió del centro de la escena. La hora de brillar llegará a su debido momento. Con inteligencia decidió no retomar funciones en el ministerio de Turismo. Su pericia es una incógnita, hallará una vara altísima sobre todo en lo político. Está decidida a imponer su impronta, medita cambios en el gabinete.

Por su parte Weretilneck esta semana retomó su ritmo de campaña, aprovecha el momento para aglutinar. Jugará estratégicamente en algunas elecciones locales. Adolece de buenos candidatos en los distintos pueblos. Los suyos le han ocasionado sinsabores. Nunca lo admitirá en público pero obtiene mejores resultados en los municipios opositores.

Mientras tanto ensaya su candidatura a senador nacional. Se apuró a auspiciar una participación independiente de las fuerzas nacionales para no erosionar ninguna adhesión recibida el domingo. En realidad sabe que la incursión de la boleta corta es casi imposible. El pueblo marchará en agosto y octubre a elegir presidente. Prefiere esperar que se disipe la niebla y aparezcan los reales postulantes al sillón de Rivadavia.

En ese tránsito hace política hacia dentro de su fuerza. Prefiere instalar la candidatura de Pesatti a intendente de Viedma antes de discutir con el vicegobernador el lugar de diputado nacional. Se reserva espacios para los propios o potenciales alianzas. No lo reconoce pero espera un crecimiento de Alternativa Federal.

Como se acerca el cierre de listas para la compulsa del 23 de de junio, Weretilneck encargó una encuesta en Cipolletti. Quiere medir a Tortoriello. También analizará a los suyos. Claudio Di Tella despunta para el sondeo con otros nombres de relleno. JSRN no competirá sin garantía de victoria. El mandamás no piensa regalar tan rápidamente el reconocimiento en su tierra. Siempre estará latente el potencial acuerdo con el jefe comunal de Cambiemos, ambos son taxativos al negarlo.

Martin Soria nunca había perdido una elección. Al menos jamás se adjudicó la derrota en una contienda. En su cabeza no entraba tamaña diferencia de votos. Hoy se asemeja a un boxeador campeón que acaba de recibir su primer nock out. De la inmediata reacción depende el resto de su carrera. Debe revisar lo hecho en la campaña. Nada había sido tan bueno antes ni tan malo en este momento. En el equilibrio está la salida.

Necesita encarar el extenso calendario electoral como un líder. De lo contrario la sangría será mortal para el Partido Justicialista. La inmensa ola armada por JSRN amenaza con no dejar nada en pie. De acá en más se le adjudicará su errática faena en cada derrota. Esa es la diferencia entre ganar y perder en el peronismo. Hasta el 7 de abril todos los actores jugaron para él, ahora debe brindarse por el conjunto. La soledad acecha a la vuelta de la esquina.

EL FPV no tendrá una figura como Martín Soria en muchos años. Las voces disidentes asomaron tras la debacle. Antes nadie se animó a entablar el debate. No hay plafón para su desplazamiento. De igual modo está obligado a revisar su estrategia. Para cobrarse traiciones tiene tiempo, todavía es un dirigente sub 45.  

Soria tiene buenos coroneles para la batalla, ahora necesita incorporar oficiales diplomáticos. Si pretende otros cuatro años plagados de denuncias aislará a la dirigencia que supo encandilar con su juventud. Muchos de los que lo critican son veteranos dando las estocadas finales. Su generación espera mayor apertura. Ni siquiera coparticipación en la toma de decisiones pero si otro nivel de confianza.

Seguramente buscará la senaduría. Si no se define con claridad puede tener PASO por izquierda y derecha. Fue innecesario lesionar la relación con Cristina Kirchner en los días previos a la elección. Le dio demasiado valor a llegar solo. La jugada no era mala pero la magnitud de la derrota invalida cualquier análisis positivo. Es momento de rearmar la tropa provincial. Su estrella no se apagó apenas se opacó.

Cambiemos cayó en un agujero negro. Para bloquear el arribo de Soria al poder entregó de forma despiadada a Lorena Matzen. Ahora ese escueto porcentaje les jugará en contra. Será difícil la incursión de Wisky en las primarias. Al radicalismo le toca ser furgón de cola de JSRN o del PRO. El oficialismo provincial rapta sus votos desechando la dirigencia. El macrismo ofrece segundos lugares en una boleta con 25 puntos porcentuales. Un mínimo esbozo de algo.

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