Cuando Isabel I se
hizo cargo de la corona de Inglaterra, allá por el siglo XVI, tenía 25 años y
tras varios traspiés un día decidió que su único interés, por encima del
personal, eran la Nación y sus dominios. Tardó un tiempo en darse cuenta, pero
logró en 44 años de reinado conducir a Inglaterra a una época de esplendor y de
fuertes decisiones, entre ellas una guerra con España y un acercamiento
conveniente a Francia.
La que pasó no fue
una semana fácil para la gobernadora Arabela Carreras. La exposición de sus
actos y que ellos además sean sometidos a la opinión de la gente parecieron
sorprenderla y algunas decisiones le jugaron una mala pasada. Al punto que
sobre el final de la semana quedó a merced del hoy principal gremio de
estatales de la Provincia: ATE.
Es que su decisión de
no habitar la Residencia de los Gobernadores cuando en octubre dijo que viviría
allí, marcando así una diferencia con Alberto Weretilneck, tuvo en la opinión
pública un torbellino de opiniones en contra. Acaso la decisión de irse a una
vivienda particular no hubiese generado tanto malestar como la de alquilar una vivienda que
roza lo fastuosa y con un alquiler que ronda los 80 mil pesos mensuales en un
lugar sumamente expuesto, como la siempre transitada costanera viedmense.
Incluso eso le costó
un enojo del propio Weretilneck, quien le había aconsejado un barrio menos
expuesto, en una vivienda cómoda pero no lujosa.
Para colmo tampoco
tuvo la repercusión que pretendió con trasladar a su gabinete a un paraje de la
Línea Sur. Carreras pensó más en un impacto federalista antes que en el
semejante costo económico que significó ese viaje. De eso resultó que muchos la
criticaron por el gasto en viáticos y combustibles y otros, simplemente,
ignoraron la trascendencia épica que ella y sus funcionarios pensaron que iba a
tener.
En el medio
aparecieron críticas por los alquileres de viviendas de otros ministros y hasta
la compra de un celular de alta gama para el uso de la mandataria.
Todo eso además con
lo que ya venía de la semana anterior: la salida del Gobierno del ministro de
Economía, Agustín Domingo por serias diferencias con la mandataria y el aumento
salarial de la propia gobernadora y de los funcionarios del Poder Ejecutivo en
una provincia que transita la emergencia económica. Claramente la Provincia no
se va a hundir porque Carreras cobre poco más de 200 mil pesos por mes, pero lo
analizable de cada acción siempre es el contexto.
El contexto marca que
Río Negro no es Chubut, por ejemplo, que hasta la semana pasada no había pagado
aguinaldos. Solo por citar una provincia vecina. Río Negro funciona a pleno en
sus diferentes organismos más allá de cualquier particularidad. Pero lo cierto
es que la coyuntura cuanto menos sorprendió a Carreras, que tuvo una primera
señal de que gobernar es ante todo con el ejemplo. Somos lo que hacemos más que
lo que decimos.
Impactada por la
trascendencia de sus actos Carreras apeló a una reunión con ATE el viernes y el
gremio que hoy es el que ostenta mayor poder de fuego la estaba esperando
paciente e inteligente, con una jugada que luego capitalizó mucho más que la
gobernadora.
Ambos acordaron el
pago de 4 mil pesos a cuenta de futuros aumentos para los trabajadores
estatales y el Gobierno salió por su lado a comunicarlo. ATE hizo lo propio y
se mostró vigoroso, incluso de la reunión participó, además del secretario
General, Rodrigo Vicente, el adjunto de ATE Nacional y ex titular de la
seccional Río Negro, Rodolfo Aguiar, quien a esta altura juega con la
experiencia de conocer bien los contextos.
Se puede considerar esta
semana de Arabela Carreras como de aprendizaje, como un desliz, pero siempre y
cuando sepa aprender de los errores, si no nos vamos a encontrar con
situaciones como las vividas estos días con frecuencia. Por su propio bien los
rionegrinos esperan que el único interés de la gobernadora sea, precisamente,
el de defender y hacer crecer a la Provincia, incluso por encima de los gustos
e intereses personales.
La historia está
siempre a la vuelta de la esquina.
23 febrero 2024
Palabra de Domingo