Ya entrado mayo y con
más de 40 días de cuarentena la sociedad argentina –siempre en líneas
generales- se va acomodando a esta realidad de distanciamiento social, pero de
reacción política; de bocas tapadas, pero no calladas, de manos lavadas y ropa
sucia.
Casi como un
escenario político normal, ayer sábado se conoció la aceptación de la renuncia
por parte de la gobernadora Carreras al ministro de Desarrollo Humano, Nicolás
Land. Ergo, le pidió la renuncia.
Durante toda la semana
hubo rumores de una relación que hace bastante se había enfriado y vuelto distante entre el
ministro y la gobernadora, quien le cuestionó ciertas ausencias y falta de
celeridad en la gestión. Lo cierto es que a ese cargo puntual Carreras le
quería dar un diseño casi personal porque no estaba a gusto con la política de
asistencia aplicada por Land pero que se había diseñado en el gobierno de
Weretilneck. La mandataria echó mano y puso a alguien de su extrema confianza:
el actual secretario general de la Gobernación, Juan José Deco, quien, a decir
verdad, no ha tenido demasiada exposición pública, pero ha hecho gestiones y
tendido lazos con sectores en nombre de la gobernadora.
La decisión no será
gratuita. Y si bien no son tiempos para gastar energía en una interna
partidaria, ésta se dará inexorablemente, pues Land es un hombre de Alberto
Weretilneck, quien ve removida su segunda pieza del gobierno en poco menos de
tres meses. El primero había sido Agustín Domingo, de Economía.
Se renueva el “amor-odio”
de la gobernadora y el líder de Juntos Somos Río Negro, justo cuando parecía
que el diálogo entre ambos estaba fluido.
La Provincia ratificó
que sigue al pie de la letra los lineamientos nacionales. Las situaciones de
contagio de Coronavirus que se dieron en Bariloche, Cipolletti y Valle Medio
generaron mucha preocupación hace más de una semana al punto que Nación
focalizó una estrategia individual para estas tres zonas rionegrinas con el
visto bueno de la gobernadora, Arabela Carreras. Río Negro acató las medidas de
restricción de circulación en las dos ciudades mencionadas y de cordones
sanitarios en localidades del Valle Medio. “Los resultados los vamos a ir
viendo de a poco tal vez a partir de la próxima semana”, dijo hace unos días la
doctora Mercedes Iberó, la segunda del Ministerio de Salud rionegrino y la
encargada de dar los partes médicos diarios.
Con algunos
cuestionamientos que se han hecho sobre los procedimientos, varios de ellos con
fundamentos, la Provincia tomó medidas y la gobernadora Carreras, asesorada con
especialistas rionegrinos y del equipo del presidente Fernández, anunció
medidas que van hacia la apertura paulatina de actividades en Río Negro, entre
ellas las pequeñas obras de construcción privadas y la tarea de profesionales
sin atención al público. Será desde esta semana en 28 de los 39 municipios
rionegrinos, Viedma está incluida en las que podrán tener esa apertura.
La capital rionegrina
ha mostrado un gran comportamiento frente a la pandemia. Al primer caso
provincial detectado el 9 de marzo no se volvió a registrar ningún otro caso en
la ciudad, una situación muy distinta de lo que han sido las otras ciudades grandes
de la Provincia, como Bariloche, Roca y Cipolletti. Eso ubica muy bien a
Viedma, que podría haber habilitado los permisos recreativos, pero la presión
misma de la gente en las redes sociales que se negaban a que el intendente
flexibilice la cuarentena llevaron a que, precisamente, el jefe comunal se
definiera por no habilitar las caminatas.
Esta semana no ha
pasado inadvertido el anuncio del gobierno provincial del pago de sueldos a los
trabajadores estatales correspondiente a marzo. Se despejó cualquier duda que
se había empezado a plantear sobre un retraso salarial, apenas un par de días
después de lo habitual y la totalidad del sueldo es lo que se pagará según el
anuncio oficial. La preocupación sobre el pago de sueldos en el futuro empezó a
ganar terreno entre los empleados públicos. Se sabe que si el parate sigue la
situación se pondrá cada vez más difícil.
No obstante un
informe de la consultora Analytica indica que Río Negro es una de las tres
provincias del país que implementó mejores políticas públicas para amortizar la
crisis económica desatada por el COVID-19.
El análisis pondera
especialmente las medidas establecidas en acompañamiento de tres sectores:
pymes, familias y municipios. A través de estas tres variables, se estableció
un Índice de Respuesta Local (IRL) que visibiliza la calidad de respuesta de
las políticas públicas frente al virus.
Y mientras hay un
movimiento continuo de los diferentes organismos del Ejecutivo provincial, el
Poder Judicial tiene dos frentes: uno con los colegios de abogados que
presionan muy fuerte para que se vuelva a la actividad presencial y otro con el
gremio SITRAJUR, que esta semana acusó a la presidenta del máximo tribunal,
Liliana Piccinini, de fomentar la precarización laboral al convalidar el STJ el
trabajo remoto de sus trabajadores.
Pero en donde sigue
todo cerrado es en la Legislatura. La presidencia ejercida por Alejandro
Palmieri, respaldada obviamente por el bloque oficialista, no quiere avanzar en
una sesión virtual, tal como ya lo implementaron otras provincias e incluso el
Congreso de la Nación. Ante las consultas el oficialismo considera que “no hay
suficientes proyectos para sesionar”, quitándose toda responsabilidad y
adjudicándosela además a los parlamentarios.
Ni siquiera una
declaración de la situación rionegrina frente al Covid-19, o el accionar de
médicos y hospitalarios, ni la labor de los trabajadores esenciales han movido
la motivación del vicegobernador y los legisladores oficialistas encabezados
por Facundo López a organizar una sesión o una reunión de comisión siquiera.
Río Negro hoy funciona con dos poderes. Esta semana incluso lo criticó
públicamente el legislador macrista Juan Martín, quien dijo que se toma al
parlamento como “muy light”.
En Viedma pasa algo
similar, con la diferencia que al menos los concejales han tenido reuniones
virtuales, pero sin demasiados objetivos fijados por la presidenta María Celia
Cévoli.
La capital dio marcha
atrás con una postura inicial y esta última semana comenzó a realizar el
control de precios en los comercios. El resultado: terminaron casi todos
sancionados.
Se entiende que la
pandemia genera un montón de cosas nuevas a las cuales adaptarse, pero al mismo
tiempo necesita acciones y decisiones y lo más rápido posible. El ejemplo
contrario más visible de la última semana fue Alejandro Vanoli, desplazado de
la ANSES por el presidente Alberto Fernández sin contemplaciones.
23 febrero 2024
Palabra de Domingo