La grieta rionegrina

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Fue muy promocionada la visita de la gobernadora Arabela Carreras al presidente Alberto Fernández esta semana. La mandataria iba con las misiones de obtener fondos para obras en diferentes localidades de la Provincia, de manera de recomponer la crisis económica provocada por la pandemia, y también la de obtener el compromiso para un préstamo nacional. Fue una de cal y una de arena, pues Carreras se vino a Río Negro con más obras de las que ella misma se esperaba, pero sin precisiones sobre el préstamo que urge. Una victoria pírrica.

La comunicación oficial potenció lo que ya era muy bueno: unas sesenta obras públicas que llegarán a Río Negro próximamente, en lo que significa además una gran sintonía del presidente Alberto Fernández con la gobernadora Arabela Carreras. La mandataria capitaliza muy bien esta relación y las obras conseguidas por su administración, aún cuando varias de ellas ya habían sido solicitadas por intendentes de diferentes signos políticos de Río Negro. Mientras, desde el partido del Presidente en la provincia, observan con cierta incomodidad la ostentación que hace la Gobernadora de las obras nacionales, pero al mismo tiempo marcan la gran "diferencia con el gobierno nacional anterior, que no le dio una sola obra importante a Río Negro”, aludiendo a Juntos por el Cambio. Al mismo tiempo, recuerdan la buena relación que pregonaba Alberto Weretilneck con Mauricio Macri por aquellos años.

Paradójicamente, el propio Weretilneck fue a fondo contra el macrismo en la última sesión del Senado, en la que se aprobó la Ley de Alquileres sin la bancada de Juntos por el Cambio. El ex gobernador tuvo varios calificativos para los senadores de la oposición: “hipócritas” y “circenses” fueron algunos de los apelativos usados por el Senador, que una vez más hizo gala de su pragmatismo. Es el mismo Weretilneck que, en plena campaña nacional, trajo a Viedma al entonces ministro del Interior, Rogelio Frigerio y al senador Miguel Pichetto, y les puso a disposición un marco de militantes de Juntos Somos Río Negro.

El Coronavirus, en tanto, no solo no se pierde de vista sino que ha potenciado también las diferencias políticas en Río Negro. Aquí no se da entre Arabela Carreras y María Emilia Soria la relación que a nivel nacional tienen Alberto Fernández y Horacio Rodríguez Larreta. Muy lejos de eso.

Esta semana, durante la visita de especialistas epidemiólogos a General Roca, la pelea se coló cuando la intendenta Soria acusó a Salud de ocultar información sanitaria importante. En realidad, fue una continuidad de acusaciones y acciones que se vienen dando en forma permanente desde ambos lados, que incluyó la polémica con unos terraplenes que desde la Provincia se habían instalado en el medio de la ciudad y que la intendenta, tras la reacción negativa de la gente, mandó a sacar.

En Roca también se juega con el vínculo nacional. Mientras el Gobierno provincial hace gala de las buenas relaciones con el ministro sanitario nacional Ginés González García, y el trabajo conjunto en materia sanitaria -y con el antecedente de que el Presidente dijera semanas atrás que “Río Negro está haciendo las cosas bien”- desde el Frente de Todos rionegrino hacen una interpretación inversa: los epidemiólogos de Nación vienen “porque en Roca la situación se fue de madre y la Provincia no tiene capacidad de respuesta”.

La situación totalmente opuesta se vive en Viedma, donde el ingreso a la fase 5 permitió retomar muchas actividades, tales como sentarse en una confitería o restaurante o concurrir a un gimnasio. Por supuesto que las cosas no son tan fáciles ni lineales: el intendente Pedro Pesatti viene tomando nota de la cantidad de gente que se enoja con los controles que le realizan al ingresar a la ciudad por el Punto Sanitario del Idevi. Muchos llegan a insultar al personal sanitario y policial, e incluso hay funcionarios que llegan a Viedma de localidades con circulación viral, como Bariloche o Alto Valle, y no quieren hacer cuarentena. De hecho, sucedió con un alto funcionario judicial la semana pasada.

Pesatti avisó, no obstante, que los controles serán ahora más estrictos porque hay circulación de personas en las calles de la capital rionegrina y que quienes lleguen de otros lugares deberán guardar aislamiento.

Y una de las que avisó que lo cumplirá fue la gobernadora Carreras, quien el viernes a la noche publicó en sus redes que, tras su viaje a Buenos Aires, guardaría el aislamiento pertinente.

 

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