Pasamos relajados
tantos meses en los que no tuvimos ningún caso de coronavirus en Viedma que
ahora, que tenemos uno (y ojalá no sumemos más), es cuando a lo mejor deberíamos
en realidad relajarnos. Si no fuese porque hay personas graves y fallecidas,
esta frase podría caber como chiste, pero lamentablemente no lo es y el
Covid-19 y si avance llegaron a la capital de la provincia de Río Negro, previa
escala en Carmen de Patagones.
Por lo menos tres de
los cinco meses en que no hubo ningún caso en Viedma, hubo una puja permanente
entre el Gobierno provincial y la Municipalidad capitalina, intensificada en las
últimas semanas cuando por orden del intendente Pedro Pesatti el ingreso a la
ciudad fue todavía más difícil. Incluso los funcionarios provinciales que
llegan a la capital ahora deben guardar cuarentena por dos semanas sin importar el
rango.
En tanto, la
gobernadora Arabela Carreras permaneció fuera de Viedma. Considera que la realidad así lo requiere, que hay situaciones complejas por resolver y las
quiere presenciar. Y sabe que entrar y permanecer en esta ciudad, sin moverse, se
complica.
Viedma, tan prolija y ordenada a la hora de no permitir ingresos sin cuarentena, "cuidada por el intendente", como dicen sus más allegados simpatizantes, tiene una situación interna latente. Sus autoridades parecen sentadas encima de una bomba de tiempo que no se sabe cuando explotará: las tomas de tierras han sido permanentes en las tres últimas semanas, y continúan, generando una expansión inaudita de ocupaciones ilegales, que no se condicen con la displicencia con la que la Municipalidad manejó tal situación. En una ciudad, capital de provincia, que además tiene a los organismos oficiales tan cerca, resulta igual de llamativo que el Gobierno provincial no se hiciera cargo de la parte que le corresponde respecto de esta situación. Dejó claro que es un problema de Pesatti.
El anuncio de un
nuevo Plan PROCREAR de Nación trajo, aunque mínimo, un poco de respiro en una
parte de la población.
Otro frente en la
gestión Pesatti son los aumentos de las tarifas de taxis, que cuando parecía
que la había resuelto, los que originaron la protesta se mostraron en contra e
invalidaron las conversaciones mantenidas por el Ejecutivo con un grupo de
empresarios del rubro.
Y finalmente, la situación del transporte público también es otra cuestión a resolve. Más allá de que hubo una solución provisoria en el recorrido Viedma-El Cóndor, los sistemas de transportes están en franca deriva en todo el país como consecuencia de la pandemia.
La falta de diálogo
entre las primeras líneas de Provincia y Municipio se impone como parte de la “nueva
normalidad”. Hay una existencia de fuego amigo, incluso alguno de ellos sazona
ese contexto diciendo que la mandataria “habla más con María Emilia (Soria) que
con Pedro (Pesatti)”. Cierto o no, la diferencia hoy persiste y se cuela.
La Provincia cerró la
semana con una buena mirada sobre las negociaciones del país con los fondos
externos. Un resultado favorable en las negociaciones permitió establecer un
acuerdo y las deudas provinciales iban atadas a las nacionales. Por eso, una
refinanciación le permite un respiro también a Río Negro.
El Gobierno debe
definir todavía una pauta salarial con el gremio docente UNTER, que podría ser
esta semana y que tendría cierto acercamiento, teniendo en cuenta el respiro
que podría significar la renegociación de la deuda externa.
Ese acercamiento no
significa necesariamente un aumento salarial, ni siquiera una discusión de
porcentajes. El Gobierno pretende que esa discusión sea, por lo menos, a fines
de septiembre. Por lo pronto UNTER se erige como el primer gremio en sentarse
formalmente a discutir con la Provincia cuestiones como los parámetros
sanitarios de los trabajadores.
En principio podría negociarse con los gremios algunos incentivos, ya que los aumentos quedarán supeditados nuevamente a la discusión que exista a nivel nacional.
En un complejo contexto de aumento de casos de COVID en todo el país, y en especial en Río Negro, parace cada vez más lejana la posibilidad de que los chicos vuelvan a tener clases presenciales este año. Se analiza todo y hasta se organizaron millonarias compras de insumos sanitarios para cumplir con los protocolos pero, quien manda hoy es el coronavirus y lo hace por decreto, no concensúa su retirada ni pide permiso para quedarse y entrar cada casa.
23 febrero 2024
Palabra de Domingo