¿Crece el Arabelismo?

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Sobre el final de la semana y un día antes de hablarle al país, el presidente Alberto Fernández se comunicó con los gobernadores  argentinos y Arabela Carreras estuvo incluida, por supuesto. Vía teleconferencia la mandataria y el jefe de Estado hablaron sobre la situación del Coronavirus en todo el territorio nacional, y puntualizaron en Río Negro. La gobernadora describió las dificultades que hay por estos días en varias localidades, donde la cantidad de positivos se disparó.

Carreras se mostró sincera con el Presidente y le admitió que la gente estaba cansada de la situación y recibió de buena manera el aliento de Fernández, quien hasta el momento se ha mostrado sumamente orgánico. Públicamente le ha dado a la rionegrina un lugar de relevancia que la pone por encima del liderazgo de un Alberto Weretilneck que ha sabido moverse en el Senado, e incluso, por sobre las propias filas del Frente de Todos rionegrino.

El Presidente es un dialoguista a ultranza y su imagen mucha veces invita a ser imitada. Carreras propone con María Emilia Soria lo que el Presidente hace con ella, y parece que con buenos resultados. Se abrieron canales de diálogo y la intendenta hasta se sumó a la campaña extrapartidaria que inició el gobierno en las redes sociales contra el Coronavirus, denominada #Compromisoyesperanza. Fue toda una señal de la roquense mostrando sintonía con la Gobernadora. Esa misma campaña marcó la ausencia de intendentes propios de Juntos Somos Río Negro y la del propio Weretilneck.

Esto de propios y extraños dentro de un mismo partido los rionegrinos ya lo experimentaron con el radicalismo de los 90. La situación genera balconeos, fisgoneos, culpas de un lado y del otro, pero no mucho más, al menos hasta el año que viene, que será electoral. Todo eso mientras la oposición juega a quien es más invisible: si el Frente de Todos que puja por una identidad propia con liderazgos disímiles o un radicalismo que alguna vez se creyó el centro del universo político y hoy está confinado a ser una fría partícula que divaga sin rumbo en el infinito.

Volviendo a los hechos de esta semana, la Gobernadora estableció un acuerdo con ATE que le redunda buenos réditos políticos. El anuncio de la discusión de un Convenio Colectivo para los trabajadores públicos rionegrinos es muy significativo y un gesto que a futuro puede llegar a condicionar hasta al propio gremio que conducen Rodrigo Vicente y Rodolfo Aguiar, en su relación con Alberto Weretilneck.

“Y todo eso con medio peso”, como dice una vieja cumbia. La mandataria conseguirá un acuerdo estructural con los empleados públicos sin haber consensuado un solo aumento en paritarias; de modo que el anuncio, por tercera vez, de un Convenio Colectivo, le salió casi gratis.

En tanto, la Legislatura volvió a sesionar esta última semana, con el tratamiento de un proyecto excluyente: modificar la forma de elegir a quien ocupe la vocalía de los padres/madres en el Consejo Provincial de Educación. El oficialismo quería aprobar esa iniciativa y lo logró, pero con una legitimación que costará obtener en la práctica, ya que pesan en su tratamiento el rechazo del bloque del Frente de Todos y del propio gremio docente UNTER

En Viedma, en tanto, uno de los temas problemáticos que afecta a la ciudad desde hace semanas, las tomas de terrenos, es abordado por estos días de manera institucional. Finalmente se supo que la  Municipalidad tomó cartas en el asunto y hasta casi se puede decir que las riendas de la situación. Actualmente se buscan lotes que luego se puedan vender a bajo costo y con la posibilidad de que el municipio pueda realizar las tareas pertinentes desde lo estructural y lo social. El Ejecutivo participa periódicamente  de las audiencias judiciales entre propietarios de tierras y ocupantes, en pos de lograr un acuerdo que permita la compra/venta de esas tierras a precios sociales.

Todo esto en un contexto en el que dos casos de Coronavirus vinieron a condicionar la normalidad que diferenciaba a Viedma del resto de la Provincia, y con un panorama económico local que no escapa a las generales del país. La afectación es tal, que hasta se dificulta avanzar en temas que ya de por sí han sido complicados sin pandemia. El Gobierno municipal y los concejales viedmenses no pueden resolver, si quiera, los aumentos de servicios públicos  como taxis y estacionamiento medido y pago. La estabilidad económica sólo la está dando por ahora, el pago en terminó de los salarios provinciales y municipales.

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