Volvió la pelea

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“Y recuerden, lo que no es, puede llegar a ser…”, empieza diciendo una frase archiconocida que se le adjudica a la conductora Mirtha Legrand. Si a esa frase le damos un sentido político obtendremos como resultado que la política es el arte de lo posible.

Alejémonos que cualquier ensueño que suponga una historia ficticia y adentrémonos a un hecho bien fáctico, que comenzó hace unos cuantos meses en lo peor de la pandemia y tuvo una continuidad esta última semana.

Hace apenas un año atrás la gobernadora Arabela Carreras profirió la frase que negaba la posibilidad de ir por su reelección. En ese entonces, el diputado y uno de los líderes de Juntos Somos Río Negro, Luis Di Giácomo le advirtió públicamente que si las encuestas le daban bien iba a tener que ser candidata otra vez por más que no quisiera. Fue casi como un reto.

Esta semana la mandataria apenas dijo que le gustaría ir por un nuevo mandato y ardió Troya. Esos mismos que del otro lado de la misma mesa de Juntos ayer le advertían hoy se enojan frente a la expresión de Carreras. El que más offside quedaba era Di Giácomo, quien, rápido de reflejos, salió a decir que la Gobernadora hacía bien en expresar su deseo y que estaba en todo su derecho de hacerlo.

Pero puertas adentro del partido del Gobierno, donde desde el picaporte hasta la alfombra tienen una “W” inscripta como recordación de a quien deben dar gracias por pertenecer a ese lugar, la declaración de Arabela Carreras -para ellos simplemente “Arabela”- no cayó nada bien.

Un par de días antes de que la entrevista saliera al aire por un canal de Bariloche (nada es casual) la Gobernadora le confió lo que había dicho a algunos integrantes de su gabinete y a algunas otras personas de su círculo de confianza. No buscaba opiniones, buscaba que le plantearan escenarios posibles desde el propio partido hasta en las esferas nacionales.

Dicen que la salida de Perilli precipitó la precandidatura de Agustín Domingo como diputado nacional impulsada por Alberto Weretilneck. Domingo y Carreras pueden llevarse bien en los ámbitos de la ópera mundial e incluso pega bien para una incursión por el turf argentino, pero no en la política rionegrina.

Con sus movimientos de piezas en el tablero Carreras y Weretilneck parecían estar anulándose uno a otro y entonces el siguiente movimiento lo hizo Carreras y este esbozo de intención de continuar por cuatro años más. Weretilneck, enojado porque esa declaración no contó con su visto bueno ni siquiera con su conocimiento previo, debía contestar el movimiento sin caer en declaraciones vanas y por eso prefirió aparecer en varios medios de comunicación recorriendo clubes de barrio, visitando adultos mayores y vacunándose contra el Covid-19, en un intento por desempolvar su máxima: “En cada lugar, siempre”.

Sobre el inicio del fin de semana corrió la versión de que el legislador de Juntos Somos Río Negro, Juan Elbi Cides había pedido armar su propia banca y separarse del oficialismo parlamentario. La versión fue desmentida ayer por el propio Cides y su gente de Prensa, pero vuelve a poner en el tapete a la tensa relación que hay entre la Gobernadora y el partido al que pertenece Cides y hasta el propio presidente de la bancada de Juntos Somos Río Negro, Facundo López.

Habrá próximamente otra pipa de la paz entre Carreras y Weretilneck; será quizá para terminar de definir las precandidaturas y/o candidaturas a diputado nacional, mientras tanto siguen los fuegos artificiales.

 

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