Durante su secuestro los jóvenes fueron sometidos a torturas y vejámenes en distintos centros clandestinos, entre ellos el Pozo de Arana, el Pozo de Banfield, la Brigada de Investigaciones de Quilmes y la Brigada de Avellaneda. Seis de ellos continúan desaparecidos (Francisco, María Claudia, Claudio, Horacio Daniel y María Clara) y sólo cuatro pudieron sobrevivir, Pablo Díaz, Gustavo Calotti, Emilce Moler y Patricia Miranda. Este episodio constituye uno de los crímenes de lesa humanidad cometidos por el terrorismo de Estado.
Desde nuestra agrupación creemos que no hay nada más legítimo que la movilización de los jóvenes por sus derechos, por eso consideramos fundamental mantener la memoria de estos hechos que representan la lucha. Creemos además que los jóvenes no somos el futuro, somos el presente y en este presente queremos participar
Al igual que la lucha de los jóvenes de La Plata, hoy apoyamos la iniciativa por el derecho a que los jóvenes de 16 años puedan participar de la vida democrática, asumiendo las responsabilidades que les corresponden.
14 enero 2017
Cartas de Lectores