Lo más fantástico de la antigua telecabina de los años 80 es que, mientras seducían a todo funcionario posible, sin descuidar la propaganda en cada medio de comunicación existente en la Comarca, nada decían de su inoperatividad, en lo que a medios de elevación para esquiar se refiere, en este pequeño centro de esquí. Importante es recordar que el punto de partida de la telecabina no permite a los esquiadores volver esquiando al mismo porque es excepcional que haya nieve. De lo que realmente hacía falta: AEROSILLAS, T-bar, pomas, ni una sola palabra, pese a ser parte del compromiso asumido por licitación y contrato. Nunca cumplido.
Una fábula casi equiparable al triste y voluptuoso anuncio del tren bala a Rosario con un costo mayor al que se requería para poner en condiciones las líneas férreas existentes en todo el país. Diferente sólo en la dimensión económica y social. Diferente sólo en que, uno, es un anuncio demagógico del poder ejecutivo de una nación. Y el otro, una demagógica y miserable extorsión hecha por una ilusoria empresa, que hace alardes de futuras inversiones millonarias, pero en realidad no cuenta con unos míseros pesos para instalar siquiera un solo medio de elevación útil, que revierta la insignificante capacidad de elevación con que contaba y cuenta, aún hoy, el Cerro Perito Moreno.
Lo más triste de toda esta historia es que Laderas, la “empresa” concesionaria, que destruyó bosque nativo, cortándolo sin el permiso correspondiente por parte del Servicio Forestal Andino, para hacer 20 kilómetros de caminos, hizo desaparecer la madera resultante, nunca explicó la utilidad de los mismos, menos aún el destino de los 600 m3 de lenga y 1200 m3 de ñire… continúa argumentando que la orden de no innovar del STJ les impidió traer la telecabina y les impide hacer las inversiones comprometidas por contrato.
En su tercera temporada (2013) solo fue capaz de trasladar los precarios pomitas que estaban en la base, a la parte más alta donde alcanza la aerosilla. A regañadientes cambiaron el cable del T-bar, que no estaba operable el día 29 de junio (primera inauguración suspendida ¡¡”por falta de nieve” argumentaron!!), ni el 4 de julio cuando finalmente se inauguró con un solo medio en marcha (aerosilla) más un pomita/consuelo. El colmo es que la pista, que va desde la llegada de la aerosilla hasta su punto de partida, que hubiera permitido a los primeros y esperanzados esquiadores tener al menos un día de esquí, no estaba habilitada y eso que había nieve, y MUCHA. Y más colmos: el certificado de habilitación de los medios de elevación con el que Calviño pretende conformar a las autoridades municipales, está fechado el 1 de julio, esto es, tres días después de la frustrada inauguración y… ¡solamente para los tres pomitas y la aerosilla, omitiendo alevosamente el T-bar! Entonces: ¿por qué se suspendió realmente la inauguración del 29 de junio?
Luego del corte de ruta del 22 de mayo, en el que Laderas y ciertos grupúsculos capitalistas y sindicales exigían al intendente de El Bolsón y al gobernador de Río Negro que garantizaran la temporada, cuando era la concesionaria Laderas la única que debía garantizarla y sin haber cambiado en nada las condiciones judiciales, legales y políticas, hoy, a dos fines de semana del inicio de dicha temporada, y ante los pocos turistas que arriban al cerro, anuncian que harán publicidad sólo “con ayuda del gobierno de Río Negro” y en puntualmente en Chubut (nada para los medios locales esta vez). Pero resulta que a los chubutenses les cuesta $120 por día ir a La Hoya, un centro de esquí con cuatro aerosillas y muy bien equipado, que contrasta demasiado con nuestro Cerro Perito Moreno, con una aerosilla, casi sin equipamiento y con un costo de $190 por día. No hay que ser experto en turismo, ni es difícil imaginar el destino de los turistas chubutenses.
Un tren bala sin ruedas, ni rieles, ni vagones. Sin salida. Sin llegada. Sin duda alguna, la “empresa” laderas terminó, antes de comenzar.
Jorge Ronco
DNI 17.726.127
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14 enero 2017
Cartas de Lectores