Para analizar o profundizar en conjeturas de porque se dan estos escenarios es necesario recorrer rápidamente por los últimos años de historia electoral y política de esta fuerza. Siempre estuvieron dentro de la UCR quienes convencieron y trabajaron dentro de la estructura partidaria para lograr consenso y cerrar acuerdos con el PJ. Este PJ que estando en el gobierno siempre se fractura y de alguna manera esto le da alternancia en el poder, ya que casi siempre es la fuerza que logra conglomerar una propuesta política desde su propio espacio. De esta manera logra componerse en oficialismo y oposición en el mismo periodo. Desde el gobierno o la oposición logra coaptar a los demás partidos políticos sin dejarlos que puedan generar su propia agenda del País.
En el radicalismo, la falta de credibilidad política tiene distintos y múltiples orígenes: la anticipada salida del gobierno de Alfonsín, el fracaso de la Alianza, y los grandes ridículos electorales que sucedieron, como la formula con Lavagna, el acuerdo Alfonsín-De Narvaez y hasta el radicalismo K. Esto pone al partido centenario frente al electorado en un papel paupérrimo.
Sin lugar a dudas la política no se reduce solo a mero resultados electorales, la credibilidad se gana en las discusiones y la coherencia debe ser consecuencia de un camino recorrido en la conquista de nuevos derechos y batallas culturales sostenidas en el tiempo. Pero lamentablemente poco tiene para decir nuestro partido en este sentido. La dirigencia ha optado por generar acuerdos donde la suma de partidos y figuras políticas le sumen redituablemente en las contiendas electorales y no en generar los debates que la Argentina necesita. Es importante destacar que tampoco les ha ido bien con estos acuerdos electorales, pocas veces en política 1 + 1 es 2, y el radicalismo tiene mucho para decir sobre esto.
Nuevamente nos acercamos a múltiples actos eleccionarios y el radicalismo se vuelve a maquilar para salir a la cancha, con un discurso fundamentalista exclamando que es necesario el acuerdo político con fuerzas que poco tienen que ver entre sí, intentará convencer a un electorado que está asqueado de tanta corrupción e injusticia. Quizás para muchos suene pesimista, tampoco quiero ser hipócrita, pero cómo lograremos convencer al pueblo argentino que la suma de la oposición puede gobernar en conjunto si hasta la fecha no ha podido coordinar una agenda legislativa para abordar los problemas del país. No sólo se gobierna desde el poder ejecutivo.
Nos cuesta mucho a los radicales creer en esta posibilidad, creería que a la gente también le cuesta. Lo más grave a nuestro entender es la complicidad por falta de iniciativa y corruptela interna que genera el propio partido, es que el radicalismo tiene el deber de generar la alternativa electoral para el pueblo argentino. Esto debiera ser consecuencia de un arduo trabajo basado en generar los debates necesarios para sacar el país adelante, a modo de ejemplos podríamos decir que ya nadie quiere escuchar economistas exclamando que la economía no va a mejorar, la gente nos pide que presentemos un plan económico de cómo vamos a recuperar al país de qué manera, en qué plazos y quienes lo van a llevar adelante.
Ese partido centenario capaz de generar nuevos derechos, el voto universal, garantizar los derechos del trabajador, provocar la reforma universitaria, garantizar la defensa de las libertades individuales y colectivas, abrir las puertas hacia una democracia con futuro, hoy poco queda de aquellas banderas.
Convertido en una fuerza electoral de un piso alto y un techo corto, cuestión que les permite a los gerentes del partido discutirse entre ellos mismos las bancas que se puedan lograr y así administrar a manera de corporación la poca cuota de poder que queda sobre la UCR.
Lamentablemente el fracaso en las discusiones de la Argentina que soñamos y anhelamos las nuevas generaciones, nos pone en una situación crítica frente a una gran franja de la sociedad, la falta de conquistas culturales en los últimos tiempos no nos permite perforar en un gran electorado que es la juventud. El radicalismo tiene para mostrar muchos trofeos valiosos pero viejos y muchos ridículos electorales presentes que dejan a sus afiliados en una posición que poco quieren estar.
Cada elección nos abre una nueva esperanza, como militantes políticos y como responsables de llevar una propuesta al pueblo que espera mucho del radicalismo, desde aquí debemos comenzar y continuar el trabajo que vienen llevando adelante intendentes, concejales y muchos militantes para refundar al Radicalismo.
Estamos convencidos que la tarea hacia el futuro y el presente es seguir militando y generando espacios para poder dar los debates necesarios, el único camino hacia la recuperación es poner al radicalismo nuevamente al servicio de la nación, sin intereses mezquinos de por medio, seguramente nos llevará tiempo, pero hay quienes seguimos intentando, dando las discusiones internas e intentando generar el debate desde adentro, un camino difícil, pero la complicidad no es nuestro instrumento.
Francisco Grill- Militante UCR Río Negro
14 enero 2017
Cartas de Lectores