¿Hacia donde estamos yendo?

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Como dijo alguna vez el filósofo contemporáneo Carlos Tévez, “todo volvió a la normalidad”, que podría aplicarse al actual contexto político, social y sanitario rionegrino, en el que después de un mes de confinamiento preventivo y social para evitar la expansión del Coronavirus, parece haber sido suficiente como para volver al ruedo político.

Es que la aplicación de la política sanitaria rionegrina en la presente emergencia comenzó a tener grietas por la cantidad permanente de casos de Covid-19 en diferentes puntos de la Provincia, especialmente en Bariloche, Cipolletti y alrededores y Choele Choel y alrededores. Eso obligó a una intervención del gobierno nacional, cuyos equipos sugirieron con tono de orden extremar medidas en la ciudad lacustre y en las más afectadas del Valle Medio, como también así en Cipolletti. En Choele, Lamarque y Beltrán rige un cordón sanitario que reduce al mínimo los movimientos de los ciudadanos. En Bariloche y Cipolletti la medida es un poco menos contenida. Estas decisiones fueron consensuadas entre la gobernadora, Arabela Carreras y el ministro de Salud de la Nación, Ginés González García. Si bien Carreras ha dispuesto desde el primer momento seguir los lineamientos de Nación en torno a la política sanitaria frente a la pandemia, desde la cartera de González García han tenido varias observaciones –sino cuestionamientos- a como se ha manejado la Provincia en torno a los casos iniciales o casos 0.

Esto se suma a que muchos han advertido que la cuarentena en localidades como Choele Choel ha sido más bien relajada: “y ahora estamos pagando las consecuencias”, dijo en los últimos días la concejal de esa localidad Verónica Porrino.

Cuando Río Negro superó en la curva de contagios a Neuquén, que hasta hace pocos días tenía más casos, aparecieron cuestionamientos desde diferentes lados: médicos, entre ellos una profesional del hospital Zatti de Viedma, advirtieron que están faltos de insumos y de elementos básicos de protección, como mascarillas, barbijos y camisolines, que en algunos casos, los que hay, son de mala calidad. También existe –y no de ahora sino más bien desde los primeros días de aislamiento- un reclamo generalizado pero anónimo de quienes no tienen permitido reclamar nada: los efectivos policiales, que en contacto con diferentes medios de comunicación han señalado que la fuerza que todavía dirige Daniel Jara que no fueron provistos por los elementos mínimos indispensables para garantizar su sanidad: guantes, barbijos y máscaras. Todo se lo han tenido que comprar los uniformados, tal como ocurre con la vestimenta policial.

UPCN, con Juan Carlos Salesi a la cabeza, pretende un regreso a las actividades de los trabajadores públicos, al adherir a una posición que adoptó el titular del gremio a nivel nacional, Andrés Rodríguez. La contracara es ATE, cuyo secretario adjunto nacional, el rionegrino Rodolfo Aguiar, tildó de “irresponsable” a Rodríguez y dijo que no debe haber presión al gobierno para la apertura de la cuarentena.

No obstante, UPCN no ha sido el único que pide el regreso a la normalidad. El jueves el gremio UOCRA, de los trabajadores de la construcción, le “exigió” a la gobernadora Carreras que siga el protocolo de Nación al pedir “la reactivación de la actividad”, al explicar que “en nuestra provincia hay 15 mil obreros sin poder llevar la comida a sus mesas”.

En ese mismo plano están los colegios de abogados de la provincia –también de casi todo el país- presionando cada vez más para que haya actividad presencial en los juzgados. Hace poco hubo una fuerte y contundente respuesta de la presidenta del STJ, Liliana Piccinini, al colegio de abogados de General Roca, en el que fundamentaba el cierre de los juzgados con el contexto actual de pandemia. Por su parte, el gremio de los judiciales reclama no solo para que no haya una decisión de reapertura sino que también pide el cese del teletrabajo por parte de empleados, al no estar este contemplado en los convenios laborales vigentes.

Y en este marco revuelto los legisladores del Frente de Todos lograron una reunión virtual con la gobernadora Carreras, a quien le pidieron que informe sobre el por qué la escalada de casos positivos de Coronavirus. Días antes el senador Martín Doñate había reclamado que la Provincia pida ayuda a Nación para buscar en conjunto una solución al aumento de casos. Y si bien en el gobierno nacional no hay críticas explícitas sí se marcaron varias cuestiones a seguir para revertir la situación.

“En tiempos de guerra no es bueno criticar al comandante”, ilustró el legislador peronista Luis Albrieu al intentar poner paños fríos después de la reunión virtual con la gobernadora. Lo cierto es que el contacto por teleconferencia duró casi tres horas y hubo un diálogo profundo. Resta saber, por otra parte, si todo el arco político de Juntos Somos Río Negro comparte los criterios aplicados por Salud de la Provincia en torno a la pandemia.

No obstante, las decisiones últimas adoptadas esta semana parecen haber satisfecho a la generalidad.

Tal vez la calma en ese sentido vuelva a poner en la palestra una polémica de magnitudes, y nunca aclarada del todo, que hubo el domingo pasado, cuando el ex fiscal Ricardo Falca escribió en Facebook que vecinos de Bahía Creek le habían comentado que el ministro de Seguridad y Justicia, Gastón Pérez Estevan había concurrido a esa villa marítima a pescar con amigos y comer asado, en lo que sería una clara violación a la cuarentena obligatoria. La duda se hizo eco y no ganó las calles porque están semivacías, pero sí las redes sociales, que están llenas de lupas que se posan sobre situaciones, hechos y personas.

Pérez Estevan salió el lunes a contestar de modo informal, sin las herramientas mediáticas de la comunicación oficial del gobierno, solo y enojado. Escribió en su facebook que no comió asado con amigos ni pescó. Pero dejó alimentando la duda sobre su presencia en el paradisíaco balneario.

Según consignaron fuentes inobjetables a LA PALABRA, el ministro de Seguridad y Justicia sí estuvo en Bahía Creek, fue visto en el punto wifi del balneario y hasta conversó con una persona vinculada a la Municipalidad de Viedma que se encontraba trabajando en el lugar, aunque hubo un intento fallido de blindarlo mediáticamente diciendo que estaba en Bariloche. Posibilidad que fue descartada inmediatamente.

Ni Pérez Estevan fue claro en su descargo ni alguien del gobierno salió a defenderlo. El silencio también dice mucho a veces. Rápidamente los legisladores del Frente de Todos salieron a pedir explicaciones formales al ministro o, caso contrario, “que renuncie”.

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